La temida «página en blanco», aunque muy común entre escritores y pintores no es exclusiva de ellos, el resto de artistas, dígase: coreógrafos, diseñadores, actores y compositores de música o canciones, también se enfrentan a momentos de bloqueo creativo que identifican como un «vacío».
¿Qué es el bloqueo creativo?
Según Francisco Ramírez, «los bloqueos son determinadas informaciones, actitudes, acciones, omisiones o situaciones que dificultan, paralizan o inhiben el desarrollo o ejercicio de la creatividad. Son un muro entre la posibilidad y la acción, la potencia y el acto.»
El bloqueo creativo se clasifica en: bloqueo cognoscitivo, bloqueo cultural y bloqueo emocional.
Bloqueo cognoscitivo
Se refieren a dificultades en las aptitudes intelectuales que influyen de forma negativa en la capacidad de descubrir nuevas soluciones cuando estamos frente a un problema, aquí ejercen influencia las experiencias anteriores en relación con la búsqueda de soluciones a un problema similar (Ramírez, 2015).
Por ejemplo: los bloqueos perceptuales (e afectan a nuestra forma de entrar en contacto con el mundo exterior, contacto que se produce a través de los sentidos que se encargan de transmitir las informaciones relacionadas con el entorno al cerebro), actuar de manera mecánica y rígida a la hora de enfrentarnos a problemas, etc.
Bloqueo Cultural
Se refieren a las limitaciones a la creatividad provocados por la educación. Sikora, incluye en este apartado, «aquellas normas y valores que en un complejo proceso de socialización se transmiten a la generación que sigue y de cuya conservación cuida un elaborado sistema de sanciones y controles sociales«.
Por ejemplo: cumplir con la tradición familiar, cumplir con las expectativas asignadas al género, no se puede asociar trabajo con diversión, etc.
Bloqueo Emocional
Esta es la que más afecta a artistas, se refiere a «todas las angustias individuales, los temores, las inseguridades, que impiden al individuo actuar de modo creativo. No se habla de angustias producidas por el contacto social con otros hombres, sino de aquellas condicionadas por la psicología individual» (Sikora, 1979).
Aquí podemos encontrar:
- El miedo a cometer errores, a equivocarse, el miedo al fracaso, a hacer el ridículo, o al qué dirán.
- La necesidad de encontrar rápidamente una solución que nos lleva, con demasiada frecuencia, a aceptar como válida la primera idea que se nos ocurre para eliminar la ansiedad asociada a la necesidad de encontrar una solución al problema.
- Exagerado afán de seguridad que lleva a no salirnos de lo establecido para evitar los riesgos que se derivan de estar fuera de la norma.
- Desconfianza en nuestras propias capacidades creativas.
- Pereza ante el comienzo o falta de impulso para enfrentarse a un problema hasta encontrar la solución más adecuada.
- Espíritu hipercrítico
- Sobremotivación para triunfar rápidamente. En un entorno tan competitivo, ser el primero es un éxito y eso nos lleva a buscar los caminos más rápidos y seguros en lugar de los más originales y novedosos.
A partir de estos bloqueos, se presentan, el vacío creativo y su opuesto, el caos creativo; del caos creativo hablaremos en otro artículo más adelante.
Entonces ¿Qué es exactamente el vacío creativo?
Es esa «página en blanco» donde no fluyen las ideas, o donde las ideas que aparecen son automáticamente descartadas ya que no se consideran válidas; sin embargo, los artistas más experimentados le han adquirido el gusto a este «vacío» ya que consideran que al no haber nada, pueden construir cualquier cosa, también han aprendido a no descartar ideas por más descabelladas que parezcan.
¿Qué podemos hacer para enfrentar este vacío creativo?
La respuesta es sencilla, crear, no importa si nuestras ideas parecen tontas, sin sentido, o que ya existen, por algo se empieza, todas las ideas iniciales siempre se mejoran y toman forma. Así que sea cual sea tu arte, dedícate 1 hora todos los días a crear, a divertirte, a no pensar en el qué dirán, a no preocuparte por si sale mal, tu arte es tuyo, nace de ti, reconócelo, valóralo y entrénalo; No seas perfeccionista, empieza, serás mejor cada día.
Te recomiendo esta guía de ejercicios o bien, si necesitas acompañamiento dirígete a «Trabaja la inhibición creativa» y con gusto de atenderé.
¿Qué pasa si literalmente no fluyen las ideas?
Busca inspiración en otros artistas, haz ejercicios creativos de dibujo, de escritura, de interpretación, danza espontánea, sal a caminar y observa lo que hay a tu alrededor detalladamente; aplica el ejercicio de ¿Qué pasaría sí…? ¿Qué pasaría si tu protagonista toma la decisión opuesta a la que vienes planteando? ¿Qué pasaría si combinas determinadas notas musicales? ¿Qué pasaría si utilizas sólo 3 colores para pintar? ¿Qué pasaría si tu personaje estuviera comiendo una manzana mientras habla?
Las posibilidades de preguntas son infinitas.
Y tú ¿Cómo lidias con tu vacío creativo?
¡Te leo en los comentarios!
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